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La saturación de amarres paraliza la oferta náutica de la Comunidad Valenciana

Los puertos de recreo valencianos son los únicos que reducen sus puntos de atraque desde 2006 y sufren la mayor densidad de oferta.

En 20 años, la Comunidad Valenciana ha doblado los amarres en sus puertos deportivos

Están vacíos cerca de 6.000 de los 20.000 puntos de atraque disponibles

La náutica ha sido muy cruel con la Comunitat durante los últimos diez años. La actividad marítima de recreo juega al gato y al ratón con las estimaciones valencianas sobre las necesidades de oferta y demanda, lo que ha terminado por desbaratar todas las previsiones realizadas hasta sufrir una saturación de amarres tan importante que ha estancado el desarrollo de este tipo de instalaciones.

Desde 2006, la costa valenciana es la única de España donde la evolución de los amarres ha sido negativa, según Feports. Cuando había mucha demanda, apenas existía oferta; y en el momento en que se ha contraído las peticiones, abundan las instalaciones.

La posibilidad de recalar un barco de recreo en los puertos deportivos de la Comunitat se ha incrementado espectacularmente en la presente década.

Los vaibenes económicos y coyunturales (aparición de la a Volvo Ocean Race y de la Copa América, éxito de la competición, expectativas de repetir, disputa judicial, fuga del evento hacia Oriente Medio con el futuro en el aire porque Oracle dice ahora que apuesta por Valencia..) han sido tan brutales que de los 4.000 amarres en trámitehace unos meses no se prevé sacar adelante ninguno, lo cual no deja de ser lógico teniendo en cuenta que están vacíos 6.000 de los 20.000 puntos de atraque disponibles en las instalaciones marítimas valencianas.

Tradicionalmente, han faltado amarres. En 1989 habían contabilizados 9.547, una cantidad considerada a todas luces insuficiente y que encarecían los precios de manera salvaje.

Quien podía amarrar su embarcación en un club náutico valenciano se sentía un Maradona, un Pelé, un Cruyff... o quizá todos ellos juntos en un mismo hombre afortunado. La escasez de puntos de atraque era un obstáculo para el turismo y para el desarrollo de la afición a la náutica deportiva entre los valencianos. Después de 20 años, ahora, sobran. Según Feports, el instituto portuario de estudios y cooperación de la Comunitat, desde 2006 la única región donde los amarres no han aumentado es la valenciana.

Evolución espectacular

La evolución de las instalaciones náuticas de recreo desde 1989 ha sido espectacular. Por aquel entonces, había menos de la mitad de los puntos de amarre actuales, de modo que si se quería competir en captar clientela turística había que hacer un esfuerzo. Y se hizo.

En 1999 se contaba con 16.000 amarres, lo que supuso incrementar los puntos de atraque un 75%. No era suficiente. Los precios eran todavía prohibitivos. Sin embargo, había que pagar o renunciar a navegar. Hasta que llegó la Copa América. La decisión de que Valencia fuera la sede de la competición deportiva desató el furor náutico.

Hasta 2006, en menos de tres años, se incrementó el espacio habilitado para atracar embarcaciones de recreo en cerca de un 20%. De este modo, todo quedó listo para aprovechar el tirón de la Copa. Y en eso llegó la crisis.

Y además, y por si fuera poco, después de la exitosa competición, Ernesto Bertarelli y Larry Ellison se enzarzaron en un litigio que ha enfriado aquella efervescencia, que casi se ha congelado tras la decisión de llevar a Oriente Medio la disputa entre el Alihghi y el Oracle. Resultado: la Comunitat sufrió un retroceso en el número de amarres casi imperceptible, un 0,71% en dos años.

Es una caída leve pero muy sintomática si se compara con la evolución positiva de Cataluña (lidera la cantidad de amarres en 2008, 32.863, un 14,12% más que dos años antes), Andalucía (2% más desde 2006), Galicia (21,5% más), Canarias (9,8%), País Vasco (4,2%), Murcia (6%), Cantabria (1,7%) y Asturias (23%).

Baleares también experimentó un incremento en el mismo periodo de tiempo, aunque sólo de un 0,3%, si bien es cierto que la saturación y la condición insular de la zona permiten disculpar el escaso margen de mejora, pequeño, pero al fin y al cabo positivo, no como en la Comunitat.

En cualquier caso, después del importante esfuerzo realizado durante las décadas pasadas, la costa valenciana es la que presenta mayor densidad en España de puertos con uso recreativo respecto a la longitud de costa. La distancia de frente litoral que separa cada puerto de la Comunitat no llega a los trece kilómetros, la mayor concentración portuaria, seguida por Murcia (13,7 kilómetros de costa por cada puerto), País Vasco (14,4) y Cataluña (15,5).

La expansión de la oferta náutica valenciana, en cualquier caso, va de la mano de la evolución nacional, e incluso puede decirse que ha crecido a un ritmo inferior tanto en los últimos años como echando la vista muy atrás.

Mientras que la Comunitat, desde 1989, ha doblado sus amarres, en el total de España la cifra de puntos de atraque, desde 1987 hasta el pasado ejercicio, casi se ha triplicado.

La alta densidad de instalaciones y su rápida evolución en la Comunitat convierten en una previsión lógica la registrada desde el observatorio Feports, que indica que el incremento de la oferta náutica de recreo a croto plazo (dos años), es nulo, cero, en las instalaciones nuevas y en las ya consolidadas en los puertos valencianos.

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