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Copa América, batalla naval

La tripulación del trimarán estadounidense Oracle entrena en aguas de Valencia

Tras el duelo judicial, hoy Alinghi y Oracle se disputan en Valencia la Copa América

Es un pulso de alta tecnología entre dos gigantescos multicascos

La 33 Copa América que dará su pistoletazo de salida hoy en Valencia ha estado marcada durante dos años y medio por los desencuentros. Un "patinazo" del Alinghi a la hora de elegir a su primer retador desembocó en una guerra a muerte en los tribunales entre la Société Nautique de Généve y el Golden Gate Yacht Club de San Francisco a raíz del fantasmagórico Club Náutico Español de Vela, que fue el nudo del problema. El episodio final será la batalla marina, la única que importa, que se resolverá este mes de febrero.

Si de algo ha servido esta Copa América a la antigua usanza –es decir, en la que tan solo compiten dos, el Defender y el Challenger– es para evolucionar tecnológicamente los barcos. Se ha ido a navíos extremos, con todo lo que supone de investigación y desarrollo. Por poner dos ejemplos, Alinghi cuenta con un sistema de 150 sensores de fibra óptica que permite motorizar en tiempo real la presión que soportan todas las partes del barco para que siempre navegue al máximo de sus posibilidades; por su parte, BMW-Oracle ha optado por una vela mayor revolucionaria, rígida y en forma de ala y de 3.500 kilos de peso que mejora la maniobrabilidad del barco. Cuenta además con un sistema de quillas elevables, timones y repartos de pesos para evitar al máximo la fricción del barco en el agua.

Será una regata a muerte entre los dos barcos a vela más grandes del mundo. Con una eslora de 90 pies, Alinghi competirá con un maxi catamarán y BMW-Oracle lo hará con un maxi trimarán. Se trata de dos embarcaciones muy complicadas de llevar, muy veloces y que necesitan muy poco viento para volar sobre el mar. Esto hará que los equipos tengan que estar más atentos de lo habitual a las condiciones meteorológicas de viento y ola, ya que de subir mucho la intensidad se pondría en riesgo la integridad tanto de barcos como de tripulaciones.

Habitualmente el Defender siempre jugaba sus cartas para tener cierta ventaja de cara a mantener en su poder la Jarra de las Cien Guineas, pero en esta ocasión tras tantas decisiones judiciales ha perdido parte de sus privilegios. Tras ser invalidado el Club Náutico Español de Vela como Challenger, el club americano pasó a ser el único retador válido y tuvo el derecho a elegir la tipología de barco, optando por los multicascos. Mientras, los suizos tenían el derecho de elegir la sede, pero volvieron a fallar en sus cálculos: optaron por Ras-Al-Jaima en los Emiratos Árabes, pero al estar en el hemisferio norte y al celebrarse la competición en invierno, contradecía una vez más el reglamento, con lo que para no demorar más la competición la Corte Suprema de Nueva York decidió que fuera en Valencia.

El formato de competición será reducido: el ganador será el primero que gane dos de los tres enfrentamientos previstos: el primero y el tercero –éste si es necesario– serán dos grandes barlovento-sotavento de 40 millas (20 por tramo) y un triángulo de 39 millas.

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