Cinco años han pasado desde que el barco 'Santísima Trinidad', una réplica exacta del navío del siglo XVIII hundido en la batalla de Trafalgar, decidiera atracar en el Puerto de Málaga con una gran oferta cultural y de recreo bajo sus velas. El proyecto de construcción de la épica nave española que llegó a albergar 140 cañones comenzó a fraguarse durante el año 2003 y supuso para su promotor, Ángel Llorente, una inversión cercana a los tres millones de euros.

Pero a pesar de las expectativas generadas y a su buen funcionamiento durante sus primeros meses, el 'Santísima Trinidad', que cuenta con 70 metros de eslora, 11 de manga y una superficie de 2.500 metros cuadrados, se encuentra en estos momentos anclado en el muelle de contenedores del puerto malagueño a la espera de poder partir rumbo a tierras alicantinas. «Estamos pendientes de realizar unas reformas y de obtener el permiso de Capitanía para abandonar definitivamente el Puerto de Málaga», adelanta Llorente.

El motivo de su marcha es el económico ya que el propietario busca mejorar el negocio en otro puerto, en esta ocasión, el de Alicante. «Se trata de un puerto que está funcionando bien y que ya está terminado, con sus bares, restaurantes, tiendas y espacios comerciales. Al de Málaga aún le queda para que las obras concluyan y convertirse en un puerto comercial», destaca Llorente, quien añade que la falta de clientes, unida a los retrasos en las obras del puerto han hecho insostenible la idea de mantenerse en la ciudad malagueña.

El barco 'Santísima Trinidad', amarrado en el Puerto de Málaga.:: SUR

Durante este tiempo, el 'Santísima Trinidad' también ha sufrido varios cambios de ubicación. «Decidimos instalarnos en Málaga debido a que la inauguración de las obras del puerto estaba prevista para el año 2007. Por este motivo instalé el barco en 2006. Hemos estado donde nos han dejado. Nos cambiaban de sitio y allí nos teníamos que ir. Al trasladarnos a la zona de La Farola, en la que estuvimos unos dos años, ya mucha gente dejó de visitarnos. Fue allí precisamente donde nos arruinamos», destaca Llorente. «Aunque el puerto quedará bien, en la actualidad carezco de negocio y pago un canon por lo que es imposible mantenerme», destaca Llorente.

Por su parte, en Alicante el 'Santísima Trinidad' ofrecerá los mismos servicios que los ofertados hasta ahora en Málaga, entre ellos, los de restaurante, bar, museo y discoteca aunque, tal y como destaca el propietario, la oferta de venta aún sigue en pie y en estos momentos continúan las negociaciones con una empresa alemana pese a que todavía no se ha llegado a un acuerdo entre ambas partes.

Por otro lado, Llorente afirma que, por lo menos, se ha solventado de manera satisfactoria el tema del pago de una fianza que debía desembolsar al puerto por abandonar las instalaciones antes de 15 años tal y como fijaba el compromiso acordado mediante la cláusula del contrato. «Al final se ha solucionado correctamente ya que ha habido un muto acuerdo entre el puerto y nosotros», apunta el propietario, quien añade que la decisión de abandonar el puerto de Málaga ha dado al traste con la ilusión inicial de instalarse definitivamente en esta ciudad.

Fuente: www.diariosur.es