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Despedida a todo trapo


El II Festival del Mar concluyó ayer con la Parada de Velas hasta Cabo Menor





La desapacible mañana de ayer, fría, con bruma y algo de lluvia, no invitaba a los santanderinos a salir de casa para ver los barcos, ni a acompañarlos en los yates y embarcaciones de recreo de la ciudad. Aún así, miles de personas llenaron los muelles, la Península de La Magdalena, Mataleñas o El Puntal para ver la Parada desde tierra.
Muchas de las pequeñas embarcaciones de la flota tampoco quisieron perderse el espectáculo y formaron parte de la comitiva, que partió a las 12.00 horas de los muelles de Santander, y que concluyó pasadas las 15.00 horas tras recorrer el abra de El Sardinero, Cabo Menor y La Magdalena.
Pero la aventura empezó antes para los centenares de personas que, tras pagar 30 euros por el billete, quisieron embarcarse en los veleros para seguir el desfile a bordo. Fueron citados a las 11.00 horas, salvo en el 'Europa' que, aunque participó en la parada, no pudo llevar pasajeros porque debía partir inmediatamente para Las Palmas y, tras el desfile, no podía regresar al muelle para dejarlos. Todos los que habían adquirido billete para este barco recuperaron su dinero.2
Encabezó la parada el 'Bon Temps', la pequeña goleta de la Fundación Villas del Cantábrico, y la cerró el remolcador de Salvamento Marítimo 'María de Maeztu'', siguiendo las instrucciones de la Autoridad Portuaria que coordinó todo el desfile.
El 'Mir' fue el último de los barcos en salir y el holandés 'Thalassa' uno de los más concurridos.
En el 'Dar Mlodziezy', la fragata polaca cuyo nombre significa 'regalo de juventud', pues fueron los jóvenes los polacos los que aportaron dinero para su construcción, viajaban alrededor de cincuenta personas. Muchas familias con niños y algunos turistas que, al espectáculo de la Parada sumaron el de ver, por primera vez, la ciudad de Santander desde el mar.
A la salida de los barcos del muelle una fuerte tromba de agua levantó muchos temores. Luego, paró la lluvia y la navegación fue tranquila porque, aunque hacía algo de frío, no había mala mar y se pudo disfrutar de la travesía.
Sí las cámaras digitales tuvieran carrete, como las antiguas, a más de uno de estos pasajeros se le hubieran acabado antes de partir del muelle. Había mucho que fotografiar en esta fragata polaca que ejerce como buque escuela civil de la academia de náutica de Gdansk. Uno de los momentos más inmortalizados fue el izado del velamen por parte de los jóvenes cadetes. Este barco tiene una superficie vélica de 3.015 metros cuadrados y su izado es todo un ceremonial, que comienza con la subida a los mástiles para atar cabos.
El paso de las embarcaciones también fue muy comentado, especialmente el de la 'Nao Victoria' una réplica de la nave con la que Juan Sebastián Elcano culminó la primera vuelta al mundo en 1522 y que ayer, en algunos momentos, parecía que se la tragaban las olas.
Todos disfrutaron con el viaje, apenas hubo mareos y de regreso a casa muchos de los pasajeros en el 'Dar Mlodziezy' lamentaron tener que esperar otros cuatro años para vivir un nuevo festival.

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