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Barcelona náutica

Hoy se inaugura en la capital catalana el Salón Náutico, que este año apuesta por la innovación, la ecología y las esloras pequeñas

El tenis y el esquí fueron considerados deportes de élite en España hasta no hace tanto. Es lo que ahora le ocurre a la náutica, un deporte y actividad de recreo asociado a los pudientes y al glamuroso mundo de los personajes del papel couché. El Salón Náutico Internacional de Barcelona, que hoy abre sus puertas, se ha propuesto popularizar la náutica mediante la promoción de embarcaciones de eslora media, que son las que más han resistido la crisis, además de impulsar el uso de motores eléctricos respetuosos con el medio ambiente. Sin olvidar, claro está, los grandes yates de más de 40 metros de eslora que fondearán en el puerto en una ampliación natural del espacio ferial de exposiciones.

«Ahora es el mejor momento para comprar una embarcación, porque en el futuro no se encontrarán más baratas», afirma el empresario Luis Conde, presidente del Salón Náutico tras el fallecimiento de Enric Puig. A diferencia de otros salones, el 70% de las ventas que se realizan en España se inician en Barcelona, la tercera feria náutica de Europa tras la de Génova y Dusseldorf. Aunque en el último año el ahorro ha crecido en nuestro país, la organización de la feria náutica ha dispuesto facilidades a los compradores, tanto de embarcaciones como de amarres, a través de una línea de financiación especial de Deutsche Bank.

En consonancia con el eslogan del Salón, 'Un mar de oportunidades', las 380 empresas expositoras lanzan precios tentadores para satisfacer a una afición que en España no cesa de crecer. En Barcelona se podrán encontrar hasta el día 15 lanchas a partir de 15.000 euros y veleros con dos camarotes, ideales para un matrimonio de dos hijos, por menos de 150.000 euros, «lo que cuesta un apartamento en cualquier población de la costa», señala Conde, fundador de la firma de head hunter Seeliger y Conde.

Las ventas de embarcaciones neumáticas se resisten a caer (en Barcelona se encuentran por mil euros) y la afición a la náutica se ha disparado en España. Lo demuestra el dato de las 50.826 titulaciones que se tramitaron en 2008, el 16% más que en el 2007.

La mayor parte de esos aficionados aún no tienen barco, lo que supone un potencial de crecimiento para el sector en España, país que a pesar de contar con 7.880 kilómetros de litoral y una climatología favorable, el ratio de embarcaciones por habitantes es de 1 por 207.

La buena noticia de la cifra de títulos contrasta con el número de amarres construidos, que este año sólo ha crecido el 3%. Insuficiente para compensar un déficit de amarres en nuestras costas, ya que para las 220.000 embarcaciones españolas sólo existen 127.000 amarres.

El sector reclama que, si no se construyen más puertos deportivos, se autoricen ampliaciones y que se pueda reordenar sus diques para acoger barcos pequeños en las marinas secas. No en vano, el 87% de las embarcaciones vendidas en España este año tienen menos de 8 metros, cuando el año pasado esa cifra era del 67%. También faltan rampas gratuitas para facilitar el acceso al mar a los aficionados que tienen embarcaciones pequeñas que guardan en sus garajes, al no necesitar amarre.

Otra alternativa a la compra de embarcaciones es el alquiler con tripulación y los barcos de multipropiedad, opciones que contribuyen a popularizar el sector y que están presentes en el Salón. Es el caso de OnCruiser Yachting, club de navegación que funciona como uno de tenis o de golf y que ha crecido este año el 400% en número de socios.

Fuente: www.larioja.com

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