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Examen para la 34 Copa América

Los tres días de regatas entre Alinghi y BMW Oracle, a la espera de la sentencia, se perfilan como una prueba para que Valencia consiga la siguiente edición

El lunes empieza el tiempo de descuento para lograr una buena organización en febrero

La juez Kornreich de la Corte Suprema de Nueva York lleva camino de convertirse en un personaje tan famoso para la Copa América como el también magistrado norteamericano Khan. Cuando todos pensaban que este viernes iba a ratificar con su sentencia la elección de Valencia como sede de la 33 edición, ahora toca esperar.

Expectación no falta, a pesar del compromiso de los dos equipos en litigio, Alinghi y BMW Oracle, de que la ciudad repita como escenario del desafío. Los tres días de regatas en febrero se están haciendo esperar y más de un rumor apunta a un cambio de criterio a última hora. La alcaldesa Rita Barberá, no obstante, se muestra segura y ya dijo aquello del 99,9%.

Sólo tres jornadas de vela, que pueden estirarse hasta seis por cuestiones relativas a la propia competición. Poco tiempo pues para demostrar de nuevo que Valencia es capaz de organizar el mejor evento náutico del mundo.

De eso se trata, de apurar al máximo las posibilidades de conseguir la 34 edición, a pesar de la costa oeste norteamericana. Larry Ellison, propietario del BMW Oracle, tiene que decidir, en caso de que barco de enorme vela consiga la Jarra de las Cien Guineas, entre la conveniencia de una mayor audiencia televisiva con horario europeo, así como de una infraestructura ya probada con éxito, y el sentimiento patrio de devolver a los Estados Unidos el torneo que tantos años retuvieron en sus aguas. Barberá adelantó esta semana que abriría negociaciones con él, al igual que con Bertarelli si ganase Alinghi, el mismo día después de la última regata de febrero. Con «sentido común», matizó, para prevenir que el canon a ofrecer, seguramente, sería menor que en las ediciones anteriores.

Con Ernesto Bertarelli la discusión es más mercantil. Suiza no tiene mar y su decisión se basa en cuestiones más tangibles, concretas y crematísticas. Desea mantener el nivel de la 32 edición, que le encumbró como el hombre que modernizó la Copa América, y en ese aspecto Valencia puede responderle bien.

Todo eso dicho sin tener todavía al pájaro en la jaula. Ninguno de los dos equipos ha retirado sus respectivos recursos en la Corte Suprema de Nueva York. El más inquietante es el suizo, con la apelación para que Ras al Jaima sea la sede de las próximas regatas.

¿Supone eso una contradicción con el comunicado de Alinghi donde se decía que su elección es Valencia? No para las fuentes consultadas por este periódico en Valencia. La idea es que sea la juez quien decida, para entonces dejar ya de recurrir otra vez.

A partir del lunes, el reloj se pondrá en marcha y habrá que estar atentos a las resoluciones de la juez Kornreich. Una vez que permita las regatas en febrero en Valencia, arrancará de manera oficial la maquinaria para que la ciudad vuelva de nuevo al primer plano de los eventos náuticos en todo el mundo. Las primeras obras, el repintado del Veles e Vents y el nuevo alumbrado de la marina, ya tienen fecha de finalización.

Fuente: www.lasprovincias.es/valencia

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